Con profunda tristeza os comunicamos que, en la madrugada del 7 de febrero, víctima de una durísima enfermedad, nos dejó nuestro queridísimo amigo y compañero Ramón Rodríguez.
Afrontó su enfermedad con una entereza y fortaleza encomiables y continuó como siempre había vivido: con Fe en Dios, amor por la vida, simpatía y su gran generosidad.
Descanse en Paz.
Ramón colaboró con ÁNIMO desde los primeros tiempos de la Asociación, aportando toda su experiencia como tesorero hasta que, en la última Asamblea General, hace tan solo 11 de meses, nos comunicó que la enfermedad le impedía continuar con su compromiso.
Como tesorero puso todo su empeño y su buen hacer en gestionar los fondos de la Asociación. Dedicó también innumerables horas para lograr que las transferencias llegaran puntuales a su destino para todos nuestros becados, con los que también colaboró como tutor, en lugares como Colombia o Mozambique. Gracias a su trabajo muchos estudiantes han podido finalizar sus estudios y a aportar su granito de arena en su entorno y otros tantos están en el proceso.
No podemos tampoco olvidar su entusiasmo para dar a conocer ÁNIMO y atraer nuevos socios en cada ocasión que se le presentaba. Muchos de quienes estáis leyendo estas líneas, seguramente, nos conocisteis a través de él.
Fuera de la Asociación, Ramón con su pajarita y sus cariñosas y cercanas palabras, siempre disponía de tiempo para dedicar a sus alumnos y amigos.
De Ramón nos quedan muchos recuerdos, esa presencia y esa voz poderosas que se hacían protagonistas de forma natural en Juntas y Asambleas, comunicando con entusiasmo y alegría los detalles de su gestión. Te echamos en falta, querido amigo.
Desde aquí queremos enviar un fuerte abrazo a sus seis hijos y a su numerosa familia; a todos, nuestro más sentido pésame por su pérdida.
Te recordamos con mucho cariño y agradecimiento:
Descansa en Paz, querido Ramón.